Ruta para elegir el crédito correcto
Una buena noticia para todos los interesados en comprar casa es que los créditos hipotecarios están hoy al alcance de prácticamente todo el mundo, desde asalariados hasta profesionales independientes. Hoy más que nunca disponemos de un amplio catálogo de productos crediticios que se adaptan a las necesidades de cada comprador, así que si requieres una mensualidad baja, un plazo más amplio o una tasa más competitiva, ten la certeza de que hay un crédito justo para ti.
La importancia de saber elegir
Contratar la hipoteca correcta es la diferencia entre poder llegar a feliz término o poner en riesgo el patrimonio de tu familia, así que nadie mejor que tú puede elegir el producto que responde a tus necesidades.
Como parte de sus servicios, muchos desarrolladores de vivienda y agencias de bienes raíces ofrecen referir al comprador a cierto banco o Sofol, con el cual previamente han establecido acuerdos de colaboración. Si éste es tu caso, no asumas que esa es la única opción de crédito sin antes verificar si es la que mejor se adapta a tus necesidades.
La ruta para elegir
Aunque la mayoría de la gente centra su búsqueda en conseguir la tasa de interés o la mensualidad más baja del mercado, hay otros elementos importantes a la hora de calificar un crédito hipotecario. Por ello te recomendamos comparar entre al menos tres opciones los elementos que componen un crédito hipotecario:
A) Costo del crédito
El CAT (Costo Anual Total) es un indicador, expresado como porcentaje, que te permite comparar el costo del crédito de diferentes productos hipotecarios. Además de incluir la tasa de interés que pagarás por el préstamo (la que comúnmente anuncian los que otorgan el crédito), también toma en cuenta cargos como las comisiones y los seguros que estarán incluidos en tu mensualidad. Por tal razón no siempre los créditos que se anuncian con bajas tasas de interés resultan ser los más baratos, ya que hay otros rubros que elevan el costo del crédito.
B) Gastos adicionales
Los gastos notariales y los impuestos representan, junto con el enganche, la comisión por apertura de crédito y el costo del avalúo, el desembolso
inicial que harás para adquirir tu casa. El importe varía de una institución a otra, y dependiendo del ahorro con que cuentes podrás elegir un crédito, pues algunos ofrecen financiar estos gastos prácticamente en su totalidad.
C) El plazo o tiempo de vida del crédito
Los plazos van desde siete a 15, 20 o 30 años, dependiendo de la institución que otorga el crédito y el producto hipotecario que elijas. La mensualidad disminuye en los periodos largos, no así el pago total del crédito, que suele aumentar porque periodos largos implican pagar intereses, seguros y comisiones por más tiempo. Al elegir entre un plazo u otro, prefiere siempre el menor; te sorprenderás al descubrir que la mensualidad de tu hipoteca no varía significativamente entre el plazo de 15 y el de 20 años, pero sí cambia el monto total del adeudo.
D) Monto a financiar
Es la cantidad de dinero que la institución financiera está dispuesta a prestarte sobre el valor del inmueble. A mayor financiamiento mayor deuda, mayor plazo o mayor mensualidad, de acuerdo con la hipoteca que elijas.
E) Velocidad de amortización
Este es, quizá, el rubro más importante que debes considerar y el que menos relevante parece al contratar tu hipoteca. Es común que se pase por alto la tabla de amortización que debe estar incluida en la oferta de cada crédito. La amortización se refiere a qué tan rápido pagas tu deuda, lo que se
traduce en qué tan pronto te estás volviendo dueño de los ladrillos. Cada mensualidad que pagues estará integrada por intereses, comisiones y pagos a capital; mientras mayor sea la proporción de capital en cada mensualidad, más rápido estarás pagando tu deuda.
Es importante que evalúes también si podrás adelantar pagos sin penalización, pues en ese caso tendrás la opción de acelerar el pago de tu
deuda y volverte propietario más pronto, o bien ir disminuyendo el monto de la mensualidad para tener unas finanzas más holgadas.
Evita elegir sólo por la marca
De manera similar a lo que ocurre con un equipo de futbol, la generación de nuestros padres solía elegir un banco para toda la vida, sin importar la variedad o calidad de los servicios que ofrecía, pero los tiempos han cambiado. La llegada de nuevos jugadores al mercado, así como la fusión de algunos equipos y la desaparición de otros, pone a prueba la fidelidad tradicional. Te recomendamos que una vez que tengas claro qué características requieres que tenga tu hipoteca, elijas el banco o Sofol que mejor satisfaga tus necesidades como cliente hipotecario.
Los secretos mejor guardados
1. El plazo hipotecario a 15 años reúne comodidad en el pago mensual y óptimas condiciones financieras. La diferencia que pagas mensualmente en un crédito con este plazo en relación con lo que pagas en uno a 20 años es mínima: menos de $1,000 pesos mensuales. A cambio ahorras más en lo que respecta a pago de seguros, comisiones e intereses.
2. Si la mensualidad de tu hipoteca a 15 años consume una parte importante de tus ingresos y por ello estás considerando un plazo mayor, revisa si no estás adquiriendo una casa por encima de tus posibilidades.
3. La familia mexicana promedio suele habitar una misma casa por no más de ocho años, por lo cual es deseable que antes de considerar la venta de
tu casa hayas amortizado tu crédito lo más posible. Para ello, utiliza la opción de pagos adelantados a capital y destina cada año tus ingresos excedentes a este rubro, que además, dadas las condiciones actuales de los mercados financieros, es una buena forma de invertir tu dinero por los ahorros que representa en cuanto a intereses.
4. Aprovecha el beneficio fiscal de la deducción de intereses hipotecarios. Aun cuando no estés obligado a presentar declaración anual de impuestos, puedes elegir presentarla y obtener una devolución cuyo importe anual puede alcanzar el importe de entre una y tres mensualidades de tu hipoteca.
5. Antes de contratar tu hipoteca, asegúrate de que podrás disponer cómodamente del dinero equivalente a la mensualidad. Atrasarte en el pago de tu crédito no sólo te generará estrés y angustia, sino también gastos de cobranza e intereses por mora que pueden representar un duro golpe a
tu cartera, pues estos suelen ser dos veces más altos que la tasa de interés de tu crédito.
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